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¿Atrapado por el síndrome de burnout? 15 armas para combatirlo

¿Atrapado por el síndrome de burnout? 15 armas para combatirlo

Suena el despertador una, dos, tres veces, y tú no puedes –ni quieres- levantarte para ir a trabajar; tu cuerpo no responde, tu ánimo tampoco. Y después, mientras transcurre el día, te sientes irritable, muy cansado, y tienes dificultad para concentrarte: quizá estés padeciendo el síndrome de burnout.

Este síndrome, también conocido simplemente como burnout, literalmente quiere decir quemado, aunque podríamos traducirlo como destruido o consumido, y se define como el agotamiento intenso físico y mental que sufre una persona. 

¿Qué lo provoca? El estrés crónico laboral excesivo ocasionado por estar sometido a largas jornadas de trabajo, presión constante, horarios poco flexibles, trabajos muy monótonos, recorrer distancias muy largas para llegar al lugar de trabajo y cortos periodos vacacionales, entre otros factores.

En México, el burnout es considerado un problema de salud pública, pues se estima que afecta a más de 40 por ciento de los trabajadores.

Dicho padecimiento es una de las causas más importantes de incapacidad laboral y falta de productividad de los empleados. Y sobra decir que afecta a su entorno familiar  y social.

¿Qué lo caracteriza?

Este síndrome se manifiesta en síntomas de diversa índole. Lo más notorio es que la persona se torna irritable, está siempre a la defensiva, ansiosa. El sarcasmo, el cinismo y la actitud agresiva hacia sus compañeros de trabajo, o la apatía, se vuelven habituales.

La tensión al interactuar, el desgano, la frustración, la dificultad para integrarse adecuadamente al entorno laboral, el agotamiento emocional, la frustración, la baja autoestima, así como una autovaloración negativa son muy evidentes en quien está viviendo el síndrome de burnout. 

El individuo pierde la ilusión por su trabajo y empieza a padecer cada hora de su jornada laboral, especialmente porque se siente incapaz de ser eficiente, ya que carece de energía y ha sufrido ya un deterioro cognitivo que suele producir pérdida de memoria, falta de concentración y dificultad para aprender tareas o habilidades nuevas. 

En un nivel más grave, el burnout  lleva a la persona a la automedicación, ausentismo, aversión por su actividad laboral, abuso de alcohol y de psicofármacos. Ya en casos extremos, puede dar lugar al aislamiento, crisis existencial, depresión crónica y riesgo de suicidio.

Si hablamos del aspecto psicosomático, podemos decir que este síndrome se presenta en forma de fatiga crónica, insomnio, crisis asmática dolores de cabeza y musculares, hipertensión,  desórdenes gastrointestinales, resfriados frecuentes y aparición de alergias. 

También suelen aparecer problemas cardiovasculares, afecciones de la piel, mareos, alteraciones del apetito sexual y del sueño, y mayor riesgo de obesidad, o bien pérdida de peso. Además, el burnout afecta al sistema inmunológico, lo que nos hace propensos a sufrir enfermedades infecciosas que se pueden prolongar y llevarnos a situaciones graves.

Tus armas para combatirlo

El estrés laboral tiene que ver con una serie de elementos que involucran tanto a la empresa como al elemento humano, por lo que ambos pueden colaborar para atacar o prevenir este padecimiento. Aquí sugerimos lo que tú puedes hacer para no dejarte vencer por el síndrome de burnout:

  1. Intenta realizar técnicas de relajación, como la meditación.
  2.  Haz diariamente estiramientos y ejercicios antiestrés, incluso dentro de la rutina laboral si es posible.
  3. Practica algún deporte que disfrutes y que se adecue a tus horarios.
  4. Date diez minutos para escuchar música, hablar con un familiar o amigo, o simplemente para salir a caminar.
  5. El tiempo es el factor más estresante para cualquiera, así que si haces una planeación semanal de actividades, podrás cumplir tus tareas en los tiempos planeados.
  6. Proponte salir a tu hora de la oficina.
  7. Fija bien tus objetivos y no pretendas hacer todo al mismo tiempo. Trata de establecer metas de acuerdo con su grado de prioridad.
  8. No te satures de trabajo al grado de no tener tiempo ni para ir al médico. Recuerda que si no atiendes alguna molestia, ésta puede volverse crónica o grave. Tu salud es primero.
  9. Aprende a decir que no. Aun cuando tus tareas sean muy demandantes, debes estar consciente de que tienes tus límites.
  10. Duerme por lo menos siete horas sin interrupción; eso es fundamental para un buen desempeño profesional, para estar de buen ánimo y tener energía. 
  11. No sacrifiques tus fines de semana llevándote trabajo a casa. Aprovecha esos días para descansar y disfrutar de tu familia.
  12. Realiza alguna actividad que te apasione y que no tenga nada que ver con el trabajo. No sólo romperás con la rutina, sino que fomentarás tu creatividad.
  13. Procura ser un poco menos exigente contigo mismo y evita sentirte evaluado todo el tiempo, esfuérzate pero no te sobrecargues de trabajo.
  14. Cuando te sientas rebasado por las actividades encomendadas, no temas pedir ayuda, debes aprender a delegar, e incluso acudir a tu jefe.

No te cierres a tomar terapia psicológica, suele ser de mucha ayuda.



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