¿Eres víctima de mobbing? 5 herramientas para enfrentarlo
¿Te suena conocido el término mobbing? Su sinónimo en español es acoso laboral, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo define como una actitud de violencia laboral recurrente dirigida a una persona en concreto. Se caracteriza por conductas crueles y hostiles que se convierten en una tortura psicológica para la víctima.
LA OMS establece cuatro elementos esenciales del acoso laboral: hostigamiento, intimidación o violencia psicológica contra un empleado; carácter intenso de la violencia psicológica; que se repita durante cierto tiempo (por lo menos seis meses); y cuya finalidad sea dañar psíquica o moralmente al trabajador para marginarlo o expulsarlo de su entorno de trabajo.
El acoso laboral puede ser individual o en grupo. Se genera entre pares, aunque también desde los niveles de alto rango, o de un equipo de trabajo a una sola persona. Provoca ausentismo, baja productividad, rotación de personal y mal clima laboral.
¿Cómo saber si eres víctima de mobbing?
De acuerdo con una encuesta global a cargo de la firma de soluciones de recursos humanos monster.com.mx, 55% de los participantes mexicanos reconoció haber sufrido acoso laboral. Curiosamente, otros estudios realizados en México señalan que 85% de los empleados no están conscientes de ser víctimas de mobbing. Por eso te decimos cómo saber si tú eres una de ellas:
- Sin importar tu esfuerzo en el trabajo ni la calidad del mismo, la mayoría de las veces recibes críticas negativas.
- Eres aislado o excluido del equipo de trabajo.
- Se generan rumores falsos en tu contra o calumnias.
- Eres sujeto de insultos o llamadas de atención frente a tus compañeros de trabajo.
- Tu trabajo pasa desapercibido o no es valorado.
- El mérito de su trabajo lo atribuyen a otro.
- Eres víctima de miradas molestas, habladurías o bromas pesadas.
- Te dan fecha límite irracional para la entrega de tus pendientes.
- Eres excluido de las reuniones de la empresa.
- Se te niega un ascenso sin explicación alguna.
- Se te ignora o no te dejan participar, tanto en el aspecto estrictamente laboral como de convivencia diaria.
- Te humillan, sabotean, molestan, acorralan, hostigan, intimidan, perturban o amenazan.
- Sientes molestias físicas o ganas llorar una noche antes de comenzar la semana laboral, o durante un día de trabajo.
- Te avergüenza contar a tu familia o pareja que alguien en la oficina te intimida.
- Se refieren a ti con apodos o buscan situaciones para ridiculizarte.
Consecuencias para la víctima
- Cambios en el carácter del afectado. Ya no se siente relajado ni seguro en el trabajo, muestra mal humor, se cierra, apenas habla.
- La víctima evade cualquier encuentro con su acosador. Ni siquiera lo mira a los ojos, se siente pequeña e indefensa ante él
- No quiere saber nada sobre el acoso que sufre. Rehúye o niega los hechos.
- Sufre preocupación, angustia, depresión y crisis de pánico al pensar en el trabajo. Puede experimentar un verdadero trastorno postraumático.
- Presenta pérdida de apetito y peso, mayor vulnerabilidad ante enfermedades como gripe o asma, dolores de cabeza y espalda e insomnio.
- Muestra una baja del rendimiento laboral, ausentismo, incremento de los accidentes en el trabajo y deseo de renunciar a la empresa.
- Hay consecuencias negativas en su vida de pareja, problemas al convivir con la familia, menos contacto con amigos; puede haber pérdida de relaciones interpersonales.
Cómo responder ante el acoso laboral
Si en tu lugar de trabajo eres víctima de mobbing, te damos estos tips para enfrentarlo y ponerle fin:
- Identifica el abuso. Primero analiza el comportamiento de tu agresor. Observa si así es con otros colegas o sólo contigo; o si sus conductas son persistentes o eventuales. Piensa si realmente afecta tu trabajo o simplemente es incómodo. Si esa persona es conflictiva con otros compañeros, lo mejor es ignorarla y evitarla. Pero si su hostilidad realmente está repercutiendo en tu desempeño y tus emociones, es necesario actuar. Así que lleva una bitácora de los incidentes. Anota el día, la hora y la situación, así como quiénes fueron testigos de ello; esto servirá para que cuando denuncies, tengas datos precisos.
- Confróntalo. Es importante ponerle un límite al abusador conservando el control. Cuando una agresor busque humillarte, por ejemplo, es importante que expreses abiertamente que no te agrada su actitud y que no vas a permitirla. No ignores el abuso ni lo dejes pasar, actúa con inteligencia, domina la emoción y muestra firmeza.
- No te calles. Una persona que es acosada permanece en silencio, atemorizada porque al hablar podría recibir más abuso. Pero el silencio puede contribuir a que la intimidación se vuelva algo normal, es como validar implícitamente el comportamiento. Por eso es importante tomar una actitud asertiva y no callarse ante el mobbing.
- Denuncia. Comunica esta situación de hostigamiento a tu jefe inmediato o al departamento de recursos humanos. Es importante que lleves argumentos sólidos y evidencias de que las acciones del acosador está afectando tu trabajo. Si la persona que te molesta es tu superior, busca el diálogo y habla de las conductas que te incomodan. Si la situación no mejora, puedes solicitar un cambio de área e incluso buscar un nuevo empleo.
Sé resiliente y pide ayuda. La resiliencia es la capacidad de hacer frente a las circunstancias adversas y sobreponerse a ellas, generando un proceso de aprendizaje y reorganización de la vida. Eso puedes lograr si buscas ayuda psicológica o si recurres a ejercicios de meditación que contribuyan a contrarrestar los efectos del acoso laboral.
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